Esta colección tiene el objetivo de reunir evidencias científicas sobre las parasitosis intestinales, en particular, las geohelmintiasis, causadas por Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Strongyloides stercoralis, Ancylostoma duodenale y Necator americanus, forman parte del grupo de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD). A nivel mundial, alrededor de 1.500 millones de personas están infectadas por geohelmintos. En la región de las Américas, se estima que una de cada tres personas está parasitada, y aproximadamente 46 millones de niños de entre 1 y 14 años están en riesgo de contraer estas infecciones debido a la falta de acceso a saneamiento básico y agua potable. Además de sus efectos directos sobre la salud, estas infecciones impactan negativamente en el desarrollo social, cognitivo y económico de las poblaciones, disminuyendo la capacidad laboral de los adultos y aumentando el ausentismo escolar entre los niños. En Argentina, si bien existen datos regionales elaborados desde el ámbito académico, la falta de sistematización de estos dificulta la integración de la información y, por ende, complica la implementación de estrategias preventivas eficaces. Las tasas de prevalencia varían considerablemente según la provincia y la localidad, y están influenciadas por la sensibilidad de las técnicas empleadas. Respecto de esto último, son escasos los estudios que han utilizado técnicas moleculares para el diagnóstico de enteroparásitos en el país. Esta falta de integración de los datos resalta la necesidad de diseñar estrategias de abordaje que consideren esta variabilidad en el marco de Una Salud. En este sentido, el Instituto Nacional de Parasitología “Dr. Mario Fatala Chabén” se constituye como Centro Colaborador para la Enfermedad de Chagas y otras parasitosis por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Como tal, se posiciona como una entidad de referencia nacional y regional, dedicada a la producción y difusión de conocimientos y tecnologías relacionadas con las enfermedades parasitarias. Entre sus principales acciones, el Instituto establece un puente entre la investigación científica y los actores del sistema de salud pública, facilitando la transferencia de información crítica para la mejora en la prevención, diagnóstico y tratamiento de parasitosis. Esto lo convierte en un actor clave para la convocatoria y coordinación de expertos en parasitosis intestinales, con el fin de desarrollar consensos y estrategias comunes para abordar estas infecciones de manera efectiva.